El Mesías de la Riobamba

El otro día viré por Julián Coronel y subía por la Riobamba cuando vi a un hombre parado sobre la vereda izquierda, mirando hacia el cementerio. No se había bañado en tres años. Miré por el retrovisor, el hombre estaba viendo el sol caer tras el cerro. Pasé despacio a su lado y vi que se estaba frotando las manos. Pensé que solo estaban mugres pero más de cerca me di cuenta de que las tenía llenas de caca. Y me acordé de la promesa.

A las tres de la mañana de hace un año llegamos a la conclusión de que lo único decente que podíamos hacer con nuestras vidas era hacer campaña a favor del voto nulo para diputados en estas elecciones. Estábamos bebiendo con mi hermano Alejo y la gorda, lo prometimos y chocamos los vasos. Pensamos en afiches, camisetas, bombas y todo lo que se nos pudo ocurrir en ese momento.

Pero nunca más tocamos el tema, somos ecuatorianos que nos quejamos del estado sarnoso de las cosas sin hacer nada al respecto, sumidos en ese marasmo tropical que hace que todos los días parezcan el mismo.

Pero eso no quiere decir que este sitio pretenda constituir un espacio tradicional de resistencia civil y partisana.

Lo que nos motiva es el llamado a la reflexión, a la prudencia y al cuidado de las instituciones, que desde el ámbito de la academia, los medios y los propios diputados, se ha convertido en un instrumento de sumisión ciudadana.

Por que los honorables se sienten protagonistas importantes del quehacer nacional, se quieren matar entre ellos por la mañana y después de que les llega el cheque a media tarde se besan con lengua, mientras el despropósito de sus vidas individuales marcan la joda de nuestro tiempo.

Su inercia los convierte en los padres del tipo con la gorra de los yankees que te apunta con una pistola así como del policía que te extorsiona por 100 dólares por tener un grifo en el bolsillo. Se pasan los días legislando a favor de sus patrones para que sean más gruesas las migajas que les caen de la mesa y con su discurso auto congratulatorio se ponen ternos de oro sobre el sebo y la roña que les corroe el alma.

Son perros parados en dos patas, asesinos silentes y traidores a plena luz del día, en sus noches insomnes planean su próximo golpe, proyectando su perfecta rendición a una existencia montada sobre la mentira de sus días.

Esos son estos hijueputas.

En el círculo vicioso del voto obligatorio, estas bestias ignorantes nos tienen secuestrados desde 1979, usando una y todas las pantomimas necesarias para mantener vivo el mito de la dignidad del curul y de la representación ciudadana. Cuando a la única que representan es a la puta de su madre.

Por que cuando uno es forzado a escoger entre mierda y mierda, ¿Cuál es el resultado?

Una cosa es hacer una promesa sobrio, dentro del cuento diario que llamamos realidad, y otra muy distinto prometer cosas en estados alterados de conciencia. Yo por lo menos trato de respetar esos estados y esas percepciones. Por que como me dijo el otro día mi amigo Egas, el alcoholismo no es otra cosa que sed de Dios. Es por eso hemos parqueado este blog, por que somos unos borrachos de palabra. Aunque a estas alturas del partido, nosotros ya seamos tan culpables como ellos.

Gracias a Lula por el diseño del cerdo y a la mujer araña por ser la luz que guía nuestro camino cibernético.

Esta será una de las armas de propagación de este esfuerzo. Las otras se harán obvias en su momento.

Espero verlos pronto.

PD. Si usted quiere agradecer la labor de sus diputados o informarles que en esta página se los está vilipendiando, encontrará el email de su perro favorito aquí:

http://www.congreso.gov.ec/diputados/ordenAlfabetico.asp